He de reconocer que cuando me hablaron por primera vez del proyecto 42 no era capaz de entender muy bien a qué se referían. Fue en 2019, momento en que publicamos una breve noticia sobre su aterrizaje en España. ¿Una escuela de programación gratuita, sin profesores, sin libros? Nos habría gustado ir a conocerla entonces, pero estalló la pandemia y hasta ahora no hemos podido retomar aquella visita para entender este proyecto desde dentro.
El campus 42 Madrid está situado en el edificio Norte 3 del Distrito Telefónica, la sede central de la compañía. Se presenta como “el campus de programación más innovador, pionero y gratuito que te abre las puertas del mercado laboral”. Así lo corrobora Marta García, miembro del staff de 42 Madrid.
De hecho, 42 acaba de ser distinguida en el Top 100 de las universidades más innovadoras del mundo por su alto nivel de excelencia en la formación en programación y en tercer lugar por los valores que transmite por delante de Yale o Columbia. Y es que este campus no es más que el mejor ejemplo de cómo la tecnología está revolucionando el mundo de la educación. Y, lo más importante, “no se te cobrará nada ni antes ni durante, ni después de tus estudios,. ya que Fundación Telefónica, a través de su acción social, lo financia todo”, avanzan.
De París al código…
La escuela nació en París porque un empresario se dio cuenta de que faltaban talentos digitales. Y es que muchos de los jóvenes que apuestan por estudios tecnológicos abandonan la universidad porque consideran que son una pérdida de tiempo. Aseguran, de hecho, que casi todo lo pueden aprender solos. En base a estas dos premisas, nació École 42 en Francia en 2013. Ese mismo año, el proyecto se exportó a Silicon Valley. De ahí saltó a Bélgica, Holanda, Marruecos, Sudáfrica, Finlandia, Rusia… hasta alcanzar las 35 sedes en 20 países diferentes.
En España, el proyecto aterrizó en 2019, en Madrid, de la mano de Fundación Telefónica. Además del de Madrid, ahora mismo ya hay campus en Barcelona, Málaga y Urduliz (Bizkaia), en colaboración con otros socios. El proyecto, en el papel, resulta sencillo: los estudiantes aprenden programación por sí solos. El edificio está abierto 24/7. No hay profesores, no hay libros y es gratuito.
El aprendizaje es peer-to-peer; esto es, avanzan aprendiendo unos de otros y a través de la gamificación. Y ‘uptoyou’, o lo que es lo mismo, el estudiante elige qué estudiar y a qué ritmo. Porque, una vez pasas las pruebas de acceso, cualquier estudiante tiene opciones de adentrarse en el proyecto, pues no hay cupos ni plazas. Eso sí, una vez dentro tampoco puedes dormirte en los laureles, pues cada ejercicio requiere de un tiempo máximo para su ejecución, así que cuanto antes lo resuelvas, más tiempo irás acumulando para poder resolver los demás.
Pero, ¿cómo se entra en Campus 42?
“Lo primero es superar dos tests de habilidades online en la web: uno de diez minutos y otro de dos horas”, señala Marta García. Quienes superan esta prueba pasan a la ‘piscina’ o, lo que es lo mismo, el periodo de preselección. “Esta es la parte más dura y menos flexible de todo el proceso: 26 días consecutivos programando en el campus. Quienes superan esta dura prueba, se convierten en estudiantes de 42”, señala.
Los futuros estudiantes (el único requisito es tener más de 18 años y no se requiere ni formación previa ni titulación alguna) llegan muy perdidos a la piscina. Hay estudiantes universitarios frustrados, empresarios que han decidido dar el paso de la digitalización, jóvenes que no han programado en su vida, personas que no han tocado nunca un iMac… “Alrededor del 50% de los que vienen no tienen ni idea de lo que es el código”, reconoce Marta García.
Esos 26 días son duros. “Supone una inmersión total en el código donde los que más saben ‘nadar’ enseñan a los que menos saben para entre todos intentar llegar al final. No hay competitividad”, aseguran desde Campus 42. Aun así, es el periodo más inmersivo, por lo que, aunque se puede compaginar con un horario laboral, desde la propia escuela te aconsejan que la piscina sea prioridad total.
Tres piscinas para 2022 en cada sede española
Por ahora, según su perfil en Instagram, se han convocado tres piscinas para 2022 en Madrid: 7 de febrero, 4 de julio y 8 de agosto. Otras tantas en Barcelona: 28 de marzo, 4 de julio y 8 de agosto. Tres más en la nueva sede de Málaga: 7 de febrero, 14 de marzo y 4 de julio; y tres más en la sede de Urduliz (Vizaya): 14 de febrero, 27 de junio y 10 de octubre. Para la de Madrid, que es la que nos ocupa, el plazo de inscripción está siempre abierto.
Quienes superan las pruebas online podrán acceder a la piscina. Y una vez ahí, tendrán 26 días para demostrar que merecen estar en 42 Madrid. El trabajo en equipo es vital para pasar la prueba. “Al final, todos los piscineros hacen un máster en paciencia, pues tienen que aprender a tolerar la frustración o a avanzar sin compararte con los demás”, añaden. Es tan ‘sencillo’ que si demuestras que eres capaz de entrar, entras. “Se hace mucha piña; el primer día están todos dispersos, pero luego se hacen grupos y al final colaboran y hablan todos con todos”.
Pero tranquilo, si no te fías del todo, puedes acudir a cualquiera de los Open Days que se celebran cada miércoles en 42 Madrid, unos talleres de programación para no programadores gratuitos de dos horas de duración. “La gente que viene a esa jornada de puertas abiertas también hace piña y viven en 2 horas la esencia de lo que se vive en una piscina, porque les metemos al clúster”, explica Marta. Además, conocerán directamente a estudiantes de campus 42 que les contarán su experiencia en la fase de selección.
De la piscina al cursus
Al final, quienes superen la piscina entran al Cursus, es decir, los candidatos se convierten en estudiantes de 42 con una formación media de tres años de duración. El cursus tiene un tronco común a todos los campus de la 42 Network (más de 30 campus actualmente por todo el mundo y creciendo) y una parte de especialización técnica.
La primera parte se llama Common Core o tronco común y son 6 capas con proyectos y exámenes donde, sobre todo, se aprende C y C++. Cuando una persona logra superar la última capa, alcanza aproximadamente el nivel 9 y ya puede optar a un primer momento de experiencia en empresas. A partir de este punto, es el estudiante quien elige cuándo hacerlo.
Los contenidos del cursus se van actualizando en función de las necesidades del mercado laboral. Una vez superada la última capa del Common Core, el estudiante sigue avanzando en sus estudios y elige la rama o las ramas técnicas que quiera. Hay contenidos desarrollados sobre muchas ramas: ciberseguridad, web, programación, AI, blockchain, IoT, DevOps, etc. Lo mejor de 42 es que los contenidos se están actualizando constantemente gracias al trabajo de toda la 42 Network y, además, se generan contenidos nuevos.
Porque, sin duda, lo más importante de campus 42 es la network que está montando entre sus sedes de todo el mundo. Además, cabe destacar que a las de Madrid, Barcelona, Málaga y Urduliz (Vizcaya) se va a sumar otra más en Alicante. La de Madrid, que es la que pudimos visitar, cuenta con 5.000 metros cuadrados. Actualmente, conviven allí 500 estudiantes. Tienen zonas para trabajar, para relajarse, para compartir opiniones, para leer y hasta para echarse la siesta. Y todo gratis. Eso sí, no pueden “mudarse” para vivir en la academia.
Visitas de renombre
Más allá del aprendizaje colaborativo entre los estudiantes, Escuela 42 recibe la visita de diferentes personalidades del mundo de la gestión, del deporte y de, cómo no, el sector tecnológico. “José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, los visita muy a menudo”, reconoce Marta. “Se siente muy orgulloso de este proyecto”. En los últimos meses también han recibido las visitas de Rafa Nadal, del ciclista Alejandro Valverde o del reconocido hacker Chema Alonso.
Durante nuestra visita, también pudimos hablar con varios alumnos que mostraron su satisfacción con el proyecto. Es el caso de Paco Portalo, que antes incluso de terminar su formación ya ha encontrado empleo en una consultora. O el de Dani, que visitó Madrid por primera vez para adentrarse en Campus 42 “y sin tener ni idea de programa ni de encender un Mac”, nos cuenta. O Javi y Sergio, que se han juntado para hacer una startup de NFTs. Sí, casi todos hombres. “Aun así, estamos incentivando la participación de las mujeres en Escuela 42”, asegura Marta.