Arantxa García López, psicóloga de British School of Valencia
Durante muchos años, los modelos educativos han basado el aprendizaje en la memorización de datos y conceptos. Una enorme cantidad de información que, pasado el tiempo, difícilmente se recuerda.
Por suerte, actualmente se trabaja con nuevos sistemas de aprendizaje en los que las emociones pasan a un primer plano. Pero ¿por qué? Principalmente porque todos los recuerdos que tenemos en nuestra vida están asociados a una emoción o a un estado de ánimo concreto. Por tanto, asociar la materia que ofrecemos en el colegio a estas sensaciones ayudará a los alumnos a recordar e interiorizar mucho mejor la información.
Desde British School of Valencia (BSV) trabajamos este tipo de modelo de aprendizaje a través de nuestra principal herramienta educativa: los profesores. Los docentes deben ser los encargados de despertar la curiosidad y atención de los alumnos por aquello que les van a enseñar. Para ello, es muy importante que sepan transmitir ese deseo por aprender a través de las emociones y con el resto de los recursos de los que disponen. Incorporar metodologías activas, aprender a través del juego en el caso de los más pequeños, fomentar el debate, las dinámicas de grupo y cooperación entre los alumnos son formas de despertar el pensamiento crítico y de trabajar las emociones en el proceso de aprendizaje.
Los recursos y los espacios
Por otro lado, los recursos de los que disponen los alumnos también son clave en este modelo educativo que da prioridad a las emociones. La posibilidad de experimentar y aplicar aquello que están aprendiendo permite a los niños interiorizar y saber si realmente han comprendido aquello que han estado estudiando.
También debemos tener en cuenta los espacios. Por ejemplo, en BSV disponemos de aulas de Educación Infantil flexibles y polivalentes que permiten un aprendizaje activo y colaborativo. Espacios donde explorar y descubrir a través de experiencias multisensoriales en los que los alumnos tienen la oportunidad de disfrutar en un ambiente dinámico, enérgico e inspirador el cual les permite desarrollar su imaginación y creatividad.
Además, contar con laboratorios para las áreas de Química, Física y Biología; una sala de arte, en la que los alumnos pueden desarrollar todo su potencial artístico y disponer las últimas tecnologías, adaptadas en función de la edad, es algo prioritario en el modelo educativo de BSV. Gracias a estas herramientas, los alumnos se sienten protagonistas de su aprendizaje, sienten satisfacción cuando consiguen poner en práctica algo que han aprendido y, por tanto, asocian el aprendizaje a una emoción positiva.
Sin lugar a dudas, un ambiente creativo, estimulante y experimental en el que se fomenten las emociones a la hora de aprender, tendrá un impacto muy positivo a la hora de fomentar las habilidades de los alumnos además de motivarlos para continuar aprendiendo. Aplicar este modelo educativo desde que son pequeños los preparará para que sean capaces de desempeñar cualquier responsabilidad social y profesional una vez hayan finalizado su etapa educativa.
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