Así es el delincuente del odio: joven, desempleado y sin estudios

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Hombre español, joven, soltero, desempleado y con niveles educativos básicos: así es el perfil del delincuente de odio. Los datos son de un estudio llevado a cabo entre la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (IIPP) y la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (FIADYS). Este estudio los clasifica en tres tipologías: vengativos, buscadores de emociones y defensivos.

El retrato analiza las características sociodemográficas, el historial delictivo y los rasgos psicológicos de condenados por esta conducta. El informe se presentó en una jornada de la Universidad de Comillas y la Secretaría General de IIPP.

Este estudio pretende conocer el perfil más común de las personas condenadas por delitos de odio. El secretario general de IIPP, Ángel Luis Ortiz, recuerda la apuesta de la actual Administración penitenciaria por «la apertura, la innovación, la puesta en marcha de políticas de igualdad». También por «la introducción de nuevas vías de intervención como la Justicia restaurativa o la potenciación del medio abierto para el cumplimiento de las penas».

El delincuente del odio

El informe sobre el delincuente de odio fue presentado por Javier López, de la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio, y la profesora de Comillas Meritxel Pérez.

Según ese estudio, el delincuente de odio es un hombre español, soltero o sin pareja. Además, convive con su familia, tiene un nivel educativo básico, no tiene trabajo o cuenta con escasos ingresos. El 66,7% tiene entre 18 y 30 años de edad.

En la medida que la edad aumenta, el porcentaje disminuye hasta desaparecer en el grupo de mayores de 60 años. Tan solo el 21% es independiente de su familia o vive en pareja. La mayoría, el 48,5%, tiene el graduado escolar y el 27.3% ni siquiera ha conseguido esa titulación de educación básica. Con relación a la situación laboral, el 33,3% cuenta con un trabajo por cuenta ajena o es autónomo. El resto, está desempleado o en otras situaciones.

En cuanto al perfil criminológico, el 70% es consumidor de sustancias tóxicas, con una edad de inicio alrededor de los 15 años. Más de un tercio reconoce haber sufrido maltrato por parte de sus padres u otros familiares. La mayoría se relaciona con un grupo de ideología de odio (neonazis, ultras de futbol…). No cuenta con un historial delictivo previo de gravedad y es violento con personas ajenas a su núcleo familiar o amigos.

Tres delincuentes de odio muy diferentes

Destaca del perfil psicológico que el delincuente de odio es una persona propensa a asumir riesgos, agresiva de forma reactiva y con mayor prejuicio sutil.

Con todos estos datos, el estudio ha concluido que existen tres tipos de perfiles delictivos:

– Buscador de emociones. Perfil mayoritario con prejuicios hacia minorías y colectivos vulnerables. Cometería agresiones en grupo. Es el de mejor pronóstico terapéutico ya que su prejuicio es bajo.

– Vengativo. Agresivo por supuesta ofensa hacia su persona o grupo. Tiene dificultad para identificar sentimientos.

– Defensivo. Protege el territorio de personas extranjeras a las que percibe como amenaza.En estos dos últimos tipos, el prejuicio está más arraigado y es más intenso.

Image Credits: Peter Forster, Unsplash