‘Guía de desescalada del tabaco’ o cómo dejar de fumar

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Descubrir cómo dejar de fumar es el reto de millones de personas, pero es difícil. Muy difícil. Por eso la RedENT, plataforma de colaboración de entidades de referencia en el ámbito de la salud, ha diseñado este «plan infalible».

Y es que el confinamiento asociado a los estados de alarma y el teletrabajo han convertido al hogar en el principal espacio de consumo de tabaco. Esta situación ha provocado el aumento del humo ambiental, con el consiguiente riesgo para la salud de todos. Para tratar de revertir esta situación, expertos de RedENT han elaborado una guía de “Fases de desescalada del tabaco, que contiene consejos prácticos y útiles para hacer frente al problema.

Info dejar de fumar

El momento de la desescalada… también del tabaquismo

Bajo la premisa “Un día más, una calada menos” y aprovechando la desescalada del confinamiento, los responsables de esta guía animan a los fumadores a implementar también una deshabituación tabáquica por fases. Claves para saber cómo dejar de fumar, orientaciones y herramientas de autoevaluación para saber en qué momento se encuentra su adicción y para dar el salto a la siguiente fase.

Cómo dejar de fumar en 5 fases

A semejanza del plan nacional de desescalada, la guía contempla un total de 5 fases (de la 0 a la 4):

Fase 0

En ella se insiste, sobre todo, en la vinculación que el consumo de tabaco o el vapeo puede tener con la COVID-19. Así, se recalca que el tabaco supone un aumento del riesgo de transmisión del coronavirus. Asimismo, se afirma que los fumadores son más vulnerables a la COVID-19 y que el riesgo de necesitar ventilación mecánica o una cama de UCI debido al COVID-19 es dos veces mayor que los no fumadores.

Además, asumiendo que muchos fumadores no quieran o puedan dejar de fumar, les proponen precauciones básicas. Así, intensificar higiene de manos antes y después de fumar o vapear, no fumar con guantes ni con la mascarilla, evitar fumar cerca de otras personas o no compartir cigarrillos, vapeadores o mecheros son recomendaciones básicas.

Fase 1

En ella se invita al fumador a reducir su espacio de consumo. Sobre todo, se insta a evitar este hábito en el hogar y en espacios pequeños o cerrados, compartidos.

Fase 2

En esta etapa se aborda el objetivo fundamental de reducir el consumo, no sin admitir que el tabaco puede ser una herramienta de gestión emocional. En este momento puede estar utilizándose para calmar la ansiedad, el estrés y el aburrimiento. Es esencial identificar el consumo, retrasar el primer cigarrillo del día y no apurar al máximo cada cigarro. También hacer un listado de los beneficios de abandonar este hábito.

• Fase 3

En ella se debe afrontar directamente el paso definitivo de dejar de fumar. Conocer solo algunos de los beneficios para la salud que ofrece esta decisión es una buena base para consolidar la decisión. Junto a ello, la guía señala tanto recursos web, como guías y teléfonos de ayuda con atención especializada para facilitar la deshabituación.

• Fase 4

La fase de la nueva normalidad acomete un doble reto: afianzar la decisión de dejar el tabaco y evitar la recaída. En este sentido, los expertos de RedENT recuerdan que existen tratamientos eficaces para dejar de fumar con apoyo de profesionales sanitarios. Además, en algunos casos existe tratamiento farmacológico y numerosos recursos terapéuticos a través de App y líneas telefónicas.

Los expertos nos animan a dejar de fumar

El Dr. Francisco Camarelles de RedENT, apunta que “la epidemia de coronavirus es un buen momento para dejar de fumar, más aún si consideramos que el tabaquismo empeora el pronóstico de los pacientes que desarrollan la COVID-19. Los médicos de familia seguimos ayudando a nuestros pacientes a dejar de fumar en esta etapa de confinamiento y desescalada”.

Especial repercusión tiene el tabaco en las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en nuestro país. Como resalta el Dr. Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón, “los fumadores tienen tres veces más riesgo de padecer estas patologías, pues el tabaco daña la pared de las arterias, provocando la aparición de aterosclerosis. Pero no todo son malas noticias, porque si uno decide dejarlo,  al año verá su riesgo de infarto reducido a la mitad y a los quince años tendrá el mismo riesgo de ictus que aquél que nunca ha fumado”.

Por su parte, Juan Jesús Hernández, médico del Plan de Salud de Cruz Roja, recuerda que “dejar de fumar puede aumentar hasta una década la esperanza de vida. Es una inversión rentable a corto y largo plazo«.

Descargar la guía aquí

Image Credits: Lex Guerra, Unsplash