La bajada de tasas universitarias se había anunciado y ya es realidad. El pasado 7 de mayo, el Ministerio de Universidades propuso a las CCAA rebajar los precios de las tasas universitarias. No había acuerdo. Muchas fueron las Comunidades que rechazaban de plano este cambio, especialmente las de signo político opuesto. Se había derogado el sistema de horquillas previo que supuso un aumento en el precio de la matrícula universitaria, algo que perjudicó a miles de estudiantes.
Tasas universitarias en el punto de mira
La propuesta era un punto básico del acuerdo del gobierno de coalición. El ministro de Universidades, Manuel Castells, argumentaba entonces que “si bien es necesario aumentar los recursos de las universidades, no es equitativo que dicho aumento se produzca a costa de las matrículas que tiene que pagar el estudiantado y sus familias, particularmente en un momento de tanta penuria económica como el actual”.
¿De dónde saldrá el dinero?
Finalmente, el Ministerio ha cerrado con las comunidades autónomas el cambio en el sistema de fijación de precios de las tasas universitarias. Como se esperaba, no ha habido acuerdo y mucho menos unanimidad. Andalucía, Madrid, Castilla y León, Murcia y Euskadi se han mostrado en contra.
Con este nuevo método se armonizarán precios entre las comunidades, pero a cambio, al menos diez gobiernos regionales tendrán que abaratar el precio de sus estudios superiores. El problema para estas Comunidades autónomas no es la bajada de tasas universitarias perse, sino, quién va a pagar la falta de fondos que van a sufrir muchas universidades a partir de septiembre.
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