El Centro de Estudios Financieros (CEF) y la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) han publicado una serie de consejos con el fin de que puedan ser tenidos en cuenta por las personas que estén implicadas en un conflicto laboral, pero que también podría extrapolarse al aula. Son los siguientes:
1. Mantener una comunicación fluida, clara y sincera
Fomentar el diálogo y la confianza entre las personas de una organización es esencial para que los problemas se traten lo antes posible y así se pueda mediar entre las partes y solucionarlo lo antes posible.
2. Aislar el conflicto
Las disputas es mejor que se solucionen en privado evitando, en la medida de lo posible, que se extiendan y afecten a personas no implicadas. Lo ideal es que los protagonistas del conflicto se reúnan junto a un mediador, que cada parte exponga su punto de vista para intentar encontrar puntos en común.
3. Evitar culpar al mensajero
La persona que advierte de un conflicto no tiene porqué “pagar los platos rotos”. Si se desata la ira sobre el que destapa un conflicto, difícilmente volverá a advertir de los problemas que detecte.
4. Neutralizar a los trabajadores tóxicos
Su principal misión es crear problemas. Por eso, tenerlos localizados y reaccionar a tiempo será primordial para que los malos entendidos no sean una constante y vengan siempre generados por estas personas.
5. Puede ser una buena oportunidad para aprender
Aunque sobre el papel y en caliente las crisis siempre las vemos como algo negativo y preocupante, es conveniente mirarlas un poco desde fuera y verlas como una posible oportunidad para mejorar los procesos, las relaciones y mejorar las vías de comunicación entre los distintos agentes de la empresa.
6. Realizar concesiones
Cuando hay dos posturas enfrentadas, alguna de las partes, o ambas, tienen que estar dispuestas a ceder un poco en sus posturas ya que si no difícilmente se solucionará el conflicto.
7. Practicar la escucha activa
No escuchar es un defecto del que adolece mucha gente. Saber escuchar es tan importante como saber expresarse. Para poder llegar a algún entendimiento y solucionar un problema es importantísimo escuchar los argumentos del contrario, sólo así mediante la escucha activa, se podrá encontrar dónde reside el conflicto.
8. Aceptar que puede existir distintos puntos de vista
En ocasiones vemos problemas donde no los hay. Las discrepancias que pueden surgir a la hora de enfrentarnos a una cosa, en la mayoría de los casos son eso, distintos puntos de vista. Aceptar estas diferencias y no verlas como un obstáculo hará que no perdamos el tiempo en males innecesarios.
9. Alcanzar acuerdos
Buscar y proponer posibles soluciones que satisfagan a todas las partes es la vía más sencilla de acabar con un conflicto. En ocasiones puede ser una buena solución dejarlo todo plasmado en un papel para que todo el mundo tenga claro el acuerdo al que se ha llegado.
10. No remover el pasado
Cuando se ha conseguido llegar a un consenso y se ha solucionado el problema no conviene dar más vueltas al asunto. Todo llega, todo pasa y todo cambia por tanto hay que encarar los problemas con vistas a que siempre se encontrará una posible solución.