Si hace siglos se consideraba analfabeto a aquel que no era capaz de leer y escribir, hoy nos enfrentamos al dilema de si se podría empezar a decir lo mismo de aquellas personas que no son capaces de entender la programación, sus conceptos más elementales y sus fundamentos.
José Antonio Eusamio
Ingeniero Superior de Telecomunicaciones
La programación será la caña de pescar el futuro, o quizás del presente y aquellas sociedades que no lo entiendan así están llamadas a dejar paso a otras.
Desde el año 2003, un grupo de investigación del MIT, (Instituto Tecnológico de Massachusetts), la universidad tecnológica más prestigiosa del mundo, y una de las universidades de más prestigio de EEUU a nivel general, trabajó en un lenguaje de programación, denominado Scratch (https://scratch.mit.edu/) con el objetivo de acercar la programación a todo el mundo y hacerla más atractiva. Desde su lanzamiento en el año 2007, jóvenes y no tan jóvenes han creado y compartido sus proyectos, visitas virtuales, simulaciones de ciencias, arte multimedia, juegos, o manuales interactivos en la web de Scratch.
Los niños pueden verse a sí mismos como creadores y diseñadores, como gente que puede crear contenidos digitales, no solo navegar, chatear y jugar. Mientras la mayoría de los usuarios pueden leer contenidos multimedia, los usuarios de Scratch pueden crear y escribir contenidos multimedia.
Este proyecto ha generado una corriente de iniciativas tanto desde el punto de vista tecnológico como son SNAP de la Universidad de Berkley, Blockey de Google, AppInventor del propio MIT, HOPSCOTCH, así como plataformas de Programación educativa para colegios e Internet como Tynker, EspressoCoding o la más reciente de origen español Pixie.
Pixie es un nuevo lenguaje visual que permite programar mediante bloques que encajan visualmente entre sí como si fueran piezas de LEGO, simplificando el ejercicio de la programación y evitando los errores de sintaxis.
¿Qué ofrece PIXIE frente a SCRATCH?
Los lenguajes visuales como Scratch o Pixie permiten el desarrollo de los procesos de pensamiento y habilidades mentales en los niños.
Scratch es un programa gratuito y de software libre, con una comunidad inmensa que permite compartir los proyectos a través del web, se pueden descargar, modificar y utilizar por otras personas.
Pixie, inspirado en Scratch ofrece un camino y una guía metodológica para aprender a programar siendo un complemento ideal de otras asignaturas como física o matemáticas entre otras.
Pixie está integrado en una plataforma de aprendizaje online (www.pixie.es) que permite a los niños, desde los ocho años, aprender a programar paso a paso en casa y en el colegio, a través de retos y juegos diseñados por educadores, permite a los profesores el seguimiento del progreso y evolución del alumno, incorporando estrategias de gamificación como mecanismo de incentivo para el alumno.
Si Scratch es el origen, Pixie está llamada a ser una herramienta necesaria e imprescindible para dar respuesta a la demanda surgida por la inclusión en varios países del mundo de la nueva asignatura de programación. En España ya es curricular en secundaria en la Comunidad de Madrid, y los profesores demandan herramientas que les permitan afrontar el desafío.