A pesar de que cada vez son más las administraciones públicas, organismos y revistas científicas que publican sus contenidos de forma abierta y accesible, los expertos calculan que hasta 2022 no será una práctica cotidiana que el profesorado universitario genere materiales educativos de libre acceso o gratuitos.
Es una de las conclusiones del informe ‘La Universidad y las TIC’, elaborado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), a través de UNIR Research.
Utilizando un método Delphi, con expertos de España y América Latina, el documento muestra que existen dos velocidades de incorporación de estas tecnologías a las universidades españolas y latinoamericanas. Por un lado, están las acciones y estrategias que incorporan las tecnologías digitales y no suponen cambios radicales en la forma de trabajo tradicional en los centros educativos superiores, algo que las universidades ya están llevando a cabo.
Barreras culturales y políticas
El informe plantea que este tipo de barreras culturales y políticas, que implican un cambio de actitud en las instituciones educativas, podrían influir en que, a día de hoy, los profesores no puedan generar sus propios materiales educativos y hacerlos accesibles a todos, a pesar de que tecnológicamente ya sea posible.
Prácticas de este tipo ayudarían a los alumnos a la hora de estudiar, pero no son una prioridad para las universidades, tal y como advierten los expertos, que además, alertan de que estas resistencias a los cambios tecnológicos podrían estar generando un impacto negativo en la educación superior.
Fórmula presencial-online
El estudio también revela la pérdida de protagonismo de la formación universitaria 100% presencial en beneficio de la formación combinada (presencial y online), que podría ser predominante entre 2018 y 2025. De esta forma, el rol de los estudiantes pasará a ser mucho más activo en su proceso de aprendizaje, ya que tendrán más libertad para gestionar su tiempo, con la posibilidad de asistir en diferido a las clases y realizar los ejercicios desde cualquier dispositivo móvil.
A pesar de ello, la asistencia de los alumnos a las instalaciones físicas de las universidades se mantendrá estable, incluso cuando no les resulte necesario debido al uso de las TIC.
Por último, los expertos calculan que antes de 2022 podrían modificarse las leyes y normativas relacionadas con la formación universitaria para añadir la opción formación ‘presencial online’ y los gobiernos desarrollarán políticas que hagan desaparecer la brecha digital. Además, consideran que hasta 2018 no se instaurarán sistemas de evaluación confiables a través de Internet.