Un programa de cooperación al desarrollo
El proyecto surgió en 2006 en Argentina cuando un grupo de trabajadores de la compañía conoció la difícil situación de algunas escuelas del norte del país, en las zonas de Salta y Jujuy. Escuelas que carecían de agua potable y de luz eléctrica y, además, no contaban con equipamiento adecuado.
Sin embargo, estas escuelas recibían a diario decenas de alumnos. Niños que caminaban descalzos sobre la tierra rojiza, característica de la zona. -de ahí el nombre de «Piecitos Colorados», para poder ir a estudiar.
Fue entonces cuando los trabajadores de Prosegur decidieron ayudar de una manera muy activa, realizando colectas entre la plantilla. Comenzó así el apadrinamiento de escuelas: una etapa, anterior a «Piecitos Colorados» orientada a la mejora de la infraestuctura de éstas y de otras escuelas del país.
Esta ayuda inicial y espontánea fue muy importante para que la Fundación Prosegur decidiera sumarse, primero, a la iniciativa de Argentina y, después, trasladar el proyecto de reconstrucción de escuelas a países de la región como Paraguay y Uruguay.
Analizando el impacto tan positivo generado n las comunidades donde se apadrinaron escuelas, la Fundación Prosegur decidió diseñar un proyecto de educación integral, cuyo objetivo es convertirse en un agente transformador, que asesore y eduque; buscando ser un referente de cambio y progrso en todas las comunidades donde se implante. Siempre tomando a las escuelas, como un núcleo dinamizador y transformador del entorno.
Con la asesoría de expertos en Cooperación al Desarrollo, lo que se inició como un proyecto de reconstrucción de escuelas se ha profesionalizado hasta convertirse en «Piecitos Colorados». La apuesta más firme de la Fundación Prosegur por la Educación, cuyo objetivo es convertirse en referente de cambio y progreso en todas las comunidades donde se implante.