Así lo asegura un estdudio presentado por el Ministerio de Educación
El informe repasa las principales medidas y reformas que el sistema universitario ha puesto en marcha con motivo de la construcción del Espacio Educación Superior (EEES), sus resultados y los retos que debe afrontar en un futuro.
El impulso decisivo al proceso fue la Declaración de Bolonia, firmada en 1999 por 29 países. En la actualidad, el EEES lo forman 46 estados europeos.
España aceleró la implantación del EEES a partir de 2005.Una de las transformaciones más profunda en la historia de la universidad española y que tiene ya resultados concretos: en el presente curso 161.000 alumnos estudian un grado universitario. En el curso 2008-2009 eran 18.000. Es decir, casi uno de cada dos alumnos que este año han empezado sus estudios universitarios lo hacen con el nuevo sistema.
En cuanto a los títulos de grado en estos momentos la práctica totalidad están ya o verificados o en los pasos finales del proceso. De las 2.387 titulaciones de grado previstas ya hay 1.582 verificadas por el Consejo de Universidades y otras 789 están en tramitación.
En cuanto a los estudios ya implantados, es decir, aquellos que ya pueden estudiar los alumnos, hay 1.109 grados implantados y 2.097 másteres.
Los datos, por tanto, permiten afirmar que España va a cumplir el objetivo de que en el curso 2010-2011 todas las enseñanzas de grado de primer curso corresponderán a títulos adaptados a Bolonia.
En cuanto a los desafíos, uno de los mayores es potenciar la dimensión social del Espacio Europeo de Educación Superior. En otras palabras: «debemos asegurarnos de que todo el mundo, independientemente de su capacidad económica, participa de los beneficios de este cambio»,opinan desde el Ministerio.
Para ello, recomiendan, es imprescindible seguir trabajando en los siguientes aspectos:
– Mejorar las becas y ayudas al estudio. Europa debe ser un espacio de igualdad de oportunidades y de diversidad, con sistemas educativos equiparables, comparables y compatibles para el reconocimiento de estudios.
– Se hace necesario asimismo garantizar esa igualdad de oportunidades mediante una política de becas que promuevan la efectiva movilidad con el objetivo y el compromiso de que para el año 2020, el 20 por ciento de los estudiantes europeos hayan cursado al menos un año de sus estudios fuera de su país.
– Es de especial importancia el cambio metodológico que se propone, siendo el estudiante el centro de todo el proceso de aprendizaje. Nuestros estudiantes, después de pasar por la nueva universidad, tendrán una capacidad de adaptación mayor para afrontar los retos y exigencias del mundo laboral.