El Día Mundial de la Docencia, que se celebra el 5 de octubre nace bajo el lema “La transformación de la educación comienza con las y los docentes”, con el objetivo de analizar el papel que tienen la enseñanza y, en concreto los docentes, para abordar los compromisos adquiridos en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación organizada el mes pasado por Naciones Unidas. En ella, se llamaba a la movilización, a la acción, la solidaridad y a adoptar las soluciones necesarias para recuperar las pérdidas de aprendizaje relacionadas con la pandemia y sembrar las semillas de transformación de la educación en un mundo de rápida evolución.
El docente de Kumon, la mayor red de centros de enseñanza del mundo, es una pieza clave en el éxito educativo del niño y son ellos los que ponen en valor el método que, desde hace más de 60 años, aboga por un cambio en el modelo de aprendizaje por el que los niños adquieren una actitud autodidacta, mayor autonomía y motivación por aprender.
Tan importante como vocacional
«La docencia es una profesión tan importante y vocacional, que se debe alimentar continuamente de herramientas que permitan al docente seguir desarrollándose», apunta Antonio Campoy, subdirector de Kumon España y responsable de Formación y Desarrollo de los orientadores de Kumon Europa y África. «El docente es, primero, un estudiante que aprende para ayudar a sus alumnos en su propio camino. Antes de formar, debe ser formado. Es una rueda inacabable de mejora y revisión», añade.
Para el óptimo desarrollo de cada niño es fundamental la labor de un orientador, un profesional que sea capaz de descubrir el potencial y el punto ideal de estudio de cada alumno, acompañándolo en su camino y dándole la autonomía que necesitan para ir aprendiendo a manejarse por sí mismos y a disfrutar con el aprendizaje.
Aprender a aprender, un cambio de paradigma
Los orientadores de Kumon valoran, además de los resultados, el procedimiento de cada alumno, evitando así que este avance con formas de proceder poco eficientes o ineficaces. Cada orientador se encarga, además, de adaptar los materiales a cada alumno, en función de sus capacidades, destrezas, actitudes frente al estudio y procedimientos de trabajo.
«El orientador en un centro Kumon se adapta a los niños de forma individualizada porque cada niño es un mundo y, desde esa perspectiva, promueve el autodidactismo», recalca Maribel Martín de Rosales, directora de desarrollo y RRPP de Kumon España.
Para desarrollar la competencia de aprender a aprender, es importante disfrutar del proceso de aprendizaje. «Por eso, en Kumon proporcionamos un plan educativo individualizado. El orientador selecciona el material didáctico más adecuado para cada alumno, de manera que pueda resolverlo siguiendo las pistas y ejemplos de los cuadernillos; de esta forma, es el alumno quien deduce el procedimiento correcto y, por tanto, aprende nuevos contenidos por sí mismo. Superar cada reto de aprendizaje de forma autónoma genera en el alumno una enorme satisfacción y un gran entusiasmo, lo cual lo mantiene motivado para seguir aprendiendo», concluye Maribel.
La experiencia con el método Kumon en todo el mundo ha demostrado con éxito que el desarrollo de una actitud responsable y autodidacta permite a los alumnos alcanzar su máximo potencial. Sólo en España, el 56% de alumnos de Kumon superan su nivel escolar, 11% lo superan en dos años y 4% en tres o más.