La educación física, clave para el aprendizaje en valores de los alumnos

0
educación física alumnos

La infancia y adolescencia son dos de los momentos más importantes en el desarrollo físico y emocional. A lo largo de esta etapa el deporte y la educación física desempeñan un rol fundamental ya que constituye, no solo una valiosa herramienta para el desarrollo físico, psicológico, cognitivo y social, sino que, debido a las demandas de la sociedad actual, se le atribuye la tarea de educar en valores.

Desafortunadamente, el mundo en el que vivimos tiende cada vez más al sedentarismo. Los teléfonos móviles, las consolas y, en ocasiones, la sobrecarga de trabajo escolar hace que los jóvenes tengan que sacrificar el ejercicio físico. Esta falta continuada provoca numerosos problemas de salud como pueden ser la obesidad o el deterioro de los huesos, cuyos efectos pueden arrastrarse de por vida.

Por suerte, cada vez son más los centros educativos que comprenden el rol trascendental que juega el deporte en la educación y crecimiento personal de sus alumnos, y deciden adaptar sus espacios para que estos puedan desarrollar de forma óptima distintas actividades físicas.

Deporte lúdico y de compromiso

Actualmente, los colegios se sitúan a favor de un deporte lúdico basado en el mero disfrute, pero que también suponga un argumento de compromiso con la superación personal y el esfuerzo. El deporte y no la mera actividad física, es inseparable de su carácter agonista de confrontación a uno mismo o hacia un adversario que se hace visible durante la competición. Este factor, bien entendido, ofrece un gran potencial educativo.

El proceso deportivo junto con la competición son vehículos idóneos para desarrollar actitudes en forma de hábitos como la disciplina y la perseverancia, los alumnos aprenden a superar los fracasos y a convivir con naturalidad con el error, algo fundamental hoy en día, donde la frustración es uno de los peores enemigos de la infancia, la adolescencia y la juventud en general.

Un buen entrenador formador, debe entender y aceptar su función pedagógica. En su buen hacer está la diferencia. La competición, si es bien entendida, promueve de manera auténtica el respeto, la solidaridad o el compañerismo, siempre que se realice bajo el respeto a las reglas, y a los valores propios del juego limpio, además constituye un motivo inmejorable para el esfuerzo como palanca de crecimiento personal. La gestión emocional necesaria para afrontar el estrés competitivo supone el desarrollo de habilidades intrapersonales de gran valor.

Integración social

La educación física también se constituye como una excelente oportunidad de integración social, donde niños y niñas de diferentes culturas, razas y condiciones sociales disfrutan de una convivencia armónica y basada en la igualdad de oportunidades. La práctica deportiva es para el niño, un momento de diversión, una oportunidad para hacer amigos y desarrollar habilidades sociales, de sentirse bien consigo mismo reforzando su autoestima, pero también es positivo que exista una expectativa de progreso, de aprendizaje y mejora, promoviendo la superación personal.

Hoy en día, más que nunca, el deporte es un poderoso instrumento pedagógico, educativo y formativo que ayuda a promover y fomentar, en todos aquellos que lo practican, actitudes y valores positivos necesarios para la vida.

Autor:

Pedro SampedroDirector del Colegio Mirasur.