La creciente preocupación por el medio ambiente, el cambio climático, la contaminación o el tratamiento de residuos repercute en todas las actividades diarias. Según el ‘Informe Juventud en España 2020’, elaborado por el INJUVE a jóvenes de entre 14 y 29 años, el 76% de los encuestados presenta mayor sensibilidad hacia políticas y actitudes medioambientalistas.
De hecho, un 47% considera que el cambio climático es el problema más importante de nuestro país, frente al 17% de interés que genera este tema entre los adultos mayores de 29 años. Entre la búsqueda de alternativas que permitan mejorar la situación actual, un 83% de los jóvenes apoyan las medidas de reciclaje y un 84% respaldan la prohibición de los envases de plástico en los supermercados.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebró el pasado sábado 5 de junio, The British School of Barcelona, uno de los colegios internacionales de referencia de España, destaca la importancia de introducir la educación ambiental en los colegios y acompañarla de una transformación digital para colaborar en la reducción del impacto en el medio ambiente.
El cambio ambiental empieza en la educación
El informe constata que los temas medioambientales suscitan un especial interés entre los jóvenes de edades tempranas, entre los 14 y los 19 años. En este sentido, la educación constituye una herramienta fundamental para crear hábitos saludables, modificar costumbres y enseñar a los ciudadanos del futuro que es posible vivir en este planeta realizando un consumo más responsable y sostenible. Es clave promover las buenas prácticas ambientales entre alumnos, profesores y familias, generar conciencia colectiva sobre los problemas que acucian a nuestro entorno, y conocer la repercusión e influencia individual en la resolución y prevención de los problemas ambientales.
“No cabe duda de que la educación es la herramienta más potente para concienciar a las nuevas generaciones sobre el medio ambiente”, explica Olivia Hunt, profesora de geografía en The British School of Barcelona. David Attenborough, presentador y activista medioambiental, ya reivindicaba en la década de los 70 que para generar interés a nivel global era preciso educar al público de una forma más tangible.
Por lo tanto, es imprescindible que los colegios creen una mejor concienciación medioambiental a una edad temprana para que así los jóvenes adquieran mejores hábitos para la edad adulta, como reciclar los residuos en casa y utilizar el transporte público en lugar de depender de vehículos particulares. La educación es la clave de la innovación.
Las TIC para reducir el impacto medioambiental
Para la ejecución de soluciones que ayuden a reducir el impacto medioambiental los avances tecnológicos han sido uno de los mejores aliados. La digitalización se ha mostrado como una alternativa viable, ya que no solo permite trabajar de una manera más sostenible gracias a la reducción y reciclaje de recursos, sino que también ofrece procesos de trabajo más eficaces.
“Teniendo en cuenta la evolución tecnológica en la que indefectiblemente estamos inmersos, el uso de la informática debe estar integrado en cualquier disciplina, incluso en el medio ambiente”, explica Encarna Ruíz, Profesora de Ciencias de las Tecnologías de la información en The British School of Barcelona.
“Los ordenadores pueden y deben ser parte de la solución, al permitirnos recoger, almacenar y analizar datos medioambientales en un detalle y a una velocidad que los humanos no podemos ni imaginar. Por otro lado, los ordenadores nos permiten también hacer simulaciones de posibles consecuencias de nuestro impacto en el planeta. Y por supuesto gracias a los ordenadores podemos comunicar en tiempo real toda la información y estudios realizados a nivel planetario. Por lo tanto, tenemos la obligación de enseñar a nuestros alumnos a hacer uso de toda esta tecnología para ayudarnos a tomar decisiones para cambiar y mejorar las expectativas de nuestro medio ambiente y preservarlo para las vidas futuras”.
Iniciativas reales para combatir la emergencia climática
Mediante iniciativas medioambientales innovadoras que involucren a los alumnos desde una edad temprana y el uso adecuado de la tecnología, las escuelas pueden crear una cultura ambiental responsable duradera poniendo en práctica acciones a pequeña escala. Así, por ejemplo, en BSB, los alumnos de primero de secundaria han dedicado todo el trimestre a trabajar en un proyecto multidisciplinar basado en la temática de cómo la tecnología puede ayudar al medioambiente.
Para llevar a cabo este ejercicio, los estudiantes han tenido que investigar sobre la tipología de los residuos, su tratamiento y su impacto ecológico, realizar auditorías sobre la gestión de los residuos, analizar los datos digitalmente, y diseñar propuestas físicas y tecnológicas para fomentar el conocimiento y la práctica del reciclaje entre sus compañeros.
También en BSB han creado ‘Eco-Committees’ liderados por las áreas de Geografía y Biología donde los estudiantes analizan problemáticas medioambientales y elaboran un plan de acción con propuestas que puedan aplicarse en el colegio.
Así pues, BSB va un paso más allá en el fomento de valores como la responsabilidad y el respeto hacia el medio ambiente para crear ciudadanos del mundo activos y participativos que contribuyan a crear un mundo más seguro y sostenible. Y así es como a educación en el colegio se erige como una herramienta muy poderosa para cambiar nuestra forma de ver y actuar en el mundo.
Image Credits: Luis Poletti on Unsplash