La violencia en las redes va en aumento. Así lo advierte el equipo de profesionales del proyecto Fromm Bienestar. Especializados en intervención psicológica y socioeducativa con familias y adolescentes, alerta sobre el aumento de la violencia y la agresividad en redes sociales y plataformas de vídeo. Estos expertos señalan que puede terminar desarrollando en los jóvenes y adolescentes una mayor tolerancia a la violencia.Como consecuencia, crecería el riesgo de soportar cada vez más la agresividad hacia los demás y hacia ellos mismos, tal y como advierten Lorena Ruiz y Antonio Molina, psicóloga y educador social.
Los especialistas en el comportamiento de jóvenes tienen claro que grabar peleas y agresiones en directo es un asunto de difícil solución. «Dejar constancia en vídeo de algún delito no es nada nuevo, pero sí cuando este fenómeno toma un matiz diferente y se centra en la búsqueda de popularidad», asegura Antonio Molina. Este educador social dirige Fromm Bienestar, un proyecto especializado en la prevención de trastornos de conducta y adicciones en la adolescencia.
Padres y profesores de numerosos centros educativos vienen denunciando desde hace tiempo la violencia en las redes. Para exponer esta realidad, cuentan con casos muy recientes que se han viralizado en conocidas redes sociales. ¿Por qué nadie entra a separar a los menores? Desde Fromm Bienestar tratan de responder a esta y otras preguntas.
Violencia en las redes para atraer seguidores
Se vive en un mundo cada vez más virtual e imaginario. Para muchos adolescentes, ser reconocidos por su grupo de iguales es algo fundamenta. Subir a redes sociales la grabación de una pelea o divulgar contenido violento despierta curiosidad y dota de una especie de halo a quien cuelga el vídeo.
Las relaciones online están hoy tan presentes que a muchos jóvenes se les conoce más por su apodo o nick en Internet que por su nombre real. Muchos menores se plantean competiciones entre ellos para ver quién logra conseguir más seguidores. Esto ocurre, a veces, a costa de subir imágenes o vídeos humillantes para otros. Los valores quedan al margen y solo hay un objetivo: ser popular.
Antonio Molina explica que «en cierta manera el respeto, la empatía y otros principios básicos se traducen en el número de followers. Así, aumenta la capacidad de darles algo nuevo a cada momento. «Es como si se intentara medir todo con el número de fans y seguidores y eso es muy peligroso».
Un lema del grupo: no intervenir
Una especie de norma no escrita en estas grabaciones es la de no inmiscuirse en la pelea. Para las personas que la presencian, se trata de un espectáculo sin interrupciones. Quien trate de defender a la víctima corre el riesgo de ser apartado de un violento empujón, además de mostrar una imagen de debilidad. Sería una forma de desmarcarse del resto del grupo de iguales y eso es algo que no le gusta a los jóvenes.
Solo hay que sacar el teléfono móvil del bolsillo y en apenas unos segundos puede grabarse cualquier cosa, incluso episodios de bullying y maltrato. Muchas veces el objetivo es precisamente captar más atención e interacciones en redes sociales.
La mejor forma de combatir este tipo de violencia en las redes reside en la familia. Resulta fundamental que los padres se tomen el tiempo necesario para inculcar valores como el respeto hacia los demás. Solo de esta forma, la autoestima del adolescente se encontrará lo suficientemente nutrida como para no necesitar este tipo de actos. La sociedad española tiene el deber de educar en emociones para evitar que esto suceda y, aunque el trabajo principal deben realizarlo los padres y madres, siempre se puede recurrir a un equipo de profesionales expertos en la adolescencia .
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