El 87% de los programadores en activo es hombre frente apenas un 13% de mujeres
La compañía acens, especialista en servicios de cloud y hosting, ha reunido con motivo del día mundial de la programación a un grupo de programadoras que ha querido compartir su experiencia y consejos para aquellas que quieran desarrollar su carrera en el campo de la programación.
Las cifras en España no son alentadoras, según la Sociedad de Mujeres Ingenieras, más del 20% de los graduados en ingenierías son mujeres pero solo están en activo un 11%. Si acercamos más la lupa sólo un 12% de las universitarias se matricula en ingeniería informática y el porcentaje de hombres activos en este sector es 3 veces mayor que el de mujeres.
“Solo recibimos un 2% de currículos de mujeres para trabajar en los departamentos técnicos. Pese a esto somos una somos una empresa TIC en que el 23% del personal es mujer. Ellas están presentes en todos los departamentos, y aunque no sean directamente programadoras trabajan con tecnología y en el sector del Hosting y Cloud”, señala Estrella Cruz, Responsable de RRHH de acens.
A pesar de estos datos un grupo de mujeres expertas en programación de esta compañía ha querido dar una serie de consejos para afrontar esta situación:
- Mostrar los referentes femeninos en este campo. Ada Lovelace, considerada la primera programadora, o Grace Hopper, que convirtió un lenguaje de programación en palabras, son sólo dos ejemplos ya habituales en los últimos años de pioneras en el mundo de la tecnología informática, pero hablar de referentes femeninos no basta.
- Es necesario reforzar en las niñas el pensamiento de que con esfuerzo y trabajo cualquier cosa es posible. Para María Avendaño, programadora en acens, es esencial dejar claro que no hay profesiones de hombres y mujeres, pero no es suficiente: “A otras mujeres les diría que los números y las estadísticas no son nada más que eso, números. El que una profesión tenga un porcentaje de trabajadores del sexo masculino y un porcentaje de trabajadoras del sexo femenino no quiere decir que sea una profesión de hombres o mujeres. Debemos dedicarnos a lo que nos gusta y nadie debe decidir por nadie, pues con esfuerzo y trabajo cualquier cosa es posible”.
- Fomentar en el sistema educativo desde la infancia la curiosidad por querer resolver problemas. Tal vez hemos caído con facilidad en la creencia de que la figura del informático es alguien desgarbado que pasa horas sentado delante del ordenador escribiendo un código numérico sin sentido, sin más aficiones ni gusto por las relaciones sociales. Basta echar una mirada a las pioneras en este campo para darse cuenta de que lo común a todas ellas era la curiosidad, entendida como ese interés por resolver problemas y buscar el porqué de las cosas. “Estudié la Ingeniería Técnica en Informática de Gestión y me decidí a estudiarla porque desde pequeña me atraía el mundo de los ordenadores. Este interés empezó con los juegos de las clases de informática del colegio, me surgía la curiosidad de cómo estaban hechos y su funcionamiento”, comenta Patricia González, desarrolladora de Aplicaciones en acens que trabaja en proyectos como panel cliente o el carrito de compra.
- Incluir materias tecnológicas en la formación secundaria. Cada vez más colegios cambian el cuaderno y el bolígrafo por un ordenador o incluso una Tablet, pero no se trata sólo de aprender usando tecnología sino de ser capaz de entender e incluso crear esa tecnología. La introducción de estas materias en la educación temprana es básica para generar ese interés y hacerlo más accesible a todos. “En secundaria en un principio quería hacer de todo, pero empecé a interesarme más la parte tecnológica y resolución de problemas”, cuenta María.
- Fomentar iniciativas que den a conocer la realidad de la profesión tecnológica a las niñas. Hay programas que dan a conocer el mundo no sólo de la tecnología sino de su uso en las empresas, como ‘Girls who code’ a nivel mundial o como el proyecto ‘Ciencia y tecnología en femenino’, impulsado por la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE), y otros muchos impulsados por empresas privadas que organizan todo tipo de iniciativas y visitas para que las estudiantes puedan comprobar que existen mujeres desempeñando roles tecnológicos y que disfrutan con su trabajo. Es esencial mostrar referentes reales y accesibles a las niñas de hoy, con testimonios como el de María: “Disfruto en mi trabajo, aquí en ningún momento nadie me ha hecho sentir diferente, todos somos un equipo y como equipo vamos sacando el trabajo del día a día”.