¿Falda para chicas y pantalones para chicos? En un mundo globalizado y cambiante, ¿no es algo vetusto este planteamiento simple, que perpetúa estereotipos sexistas? ¿Por qué el fin de semana las más pequeñas visten pantalones, pero de lunes a viernes ciertos colegios imponen falda en sus uniformes? ¿Que hay de los estudiantes transgénero y de sus derechos?
El debate no es nuevo y de ello da buena cuenta la plataforma Change.org, que ha recogido peticiones para acabar con los uniformes sexistas de todos los puntos del planeta. Alergia a los leotardos fue una de las primeras causas que se pudieron leer en esta red colaborativa de apoyo. Una pequeña no podía jugar libremente en el patio porque no soportaba la lana de los leotardos y no quería enseñar su ropa interior al dar volteretas en el patio. No todas las peticiones atienden a la misma causa.
En Melbourne, la madre de una niña de 6 años impulsó una campaña porque su hija sencillamente quería llevar pantalones. Más de 16.000 firmas han avalado el deseo de la niña y el colegio ha accedido: la pequeña Asha podrá vestir pantalón como el resto de sus compañeros.
Un paso más allá, la Priory School, en Sussex (Reino Unido) ha saltado a los periódicos por haber cambiado su política de uniformes, en un intento de incluir a los estudiantes del llamado tercer sexo, tal y como recoge The Guardian. Así, en este centro y desde este curso, todos los alumnos deben usar pantalones. Tony Smith, director de esta escuela, ha afirmado que el cambio lo impulsaron varios alumnos que habían estado preguntando por qué el uniforme atribuía ciertas prendas a los niños y otras a las niñas. “Además, hemos tenido en cuenta que tenemos un pequeño pero creciente número de alumnos transgénero para quienes el uniforme es muy importante”. La longitud de las faldas escolares -que decrece a la misma velocidad a la que crece la edad de las alumnas- también ha influido en la toma de esta decisión, según el director de esta escuela.
Pero si hay un ejemplo en esto del fin de los uniformes para chicos y para chicas es Tailandia, un país donde los transgénero son respetados por todos, teniendo incluso su propio certamen de belleza seguido por audiencias millonarias. Los terceros cuartos de baño ya son una realidad en miles de centros educativos de todo el país y hace unos años llegó el cambio a los obligatorios uniformes universitarios: la Universidad de Bangkok creó un código de vestir con faldas y pantalones “trans”. Eso sí, pantalones más estrechos y femeninos para “ladyboys” y faldas más largas y masculinas para “tomboys”.