Las desigualdades sí afectan a la Educación

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El pasado mes de marzo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó su informe “Estudiantes de bajo rendimiento: Por qué se quedan atrás y cómo ayudarles a tener éxito” y que se fija en los alumnos que no alcanzan un nivel básico de conocimientos en matemáticas, lectura o ciencia. Y las conclusiones para España no son nada alentadoras. El informe pone de manifiesto que un estudiante socieconómicamente desfavorecido tiene una probabilidad hasta tres veces mayor de tener un bajo rendimiento, a la vez que el alumno que acude a un colegio concertado y de mejor nivel social tiene una probabilidad menor de sacar malas notas que los que asisten a otros centros.

El bajo rendimiento no es el resultado de un solo factor de riesgo, sino más bien de la combinación y acumulación de varias barreras y desventajas que afectan a los estudiantes a lo largo de sus vidas. De media en los países de la OCDE, la probabilidad de tener bajo rendimiento en matemáticas es mayor para los estudiantes de familias más desfavorecidas. Esta situación se agrava si el estudiante es chica, inmigrante, si hablan una lengua en casa distinta a la utilizada en la escuela, si viven en hogares monoparentales y en zonas rurales. Además, sufren más los estudiantes que no han recibido educación preescolar, los que han repetido curso y también quienes están matriculados en programas de FP Básico o PCPI. Según los datos del informe, el 52% de los estudiantes repetidores en nuestro país tienen un bajo rendimiento en matemáticas, mientras que solo un 9% de los estudiantes que nunca repitió curso tuvo ese rendimiento bajo.

bajo rendimiento escolar

Faltan más a clase

En España, al igual que en la media de la OCDE, los estudiantes de bajo rendimiento pierden clase con mayor frecuencia, dedican menor tiempo a hacer deberes y son menos perseverantes que los estudiantes con mejor rendimiento. De hecho, en 2012, un 43% de los estudiantes de rendimiento pobre en matemáticas perdieron al menos un día de clase, frente al 23% de media de la OCDE. Este porcentaje es realmente elevado, siendo uno de los más altos de todos los países estudiados. Pero la cifra también se duplica entre los alumnos que puntúan por encima del nivel básico de actitud, pues un 24% de ellos perdió al menos un día de clase, frente al 12% de la media de la OCDE.

Por último, cabe destacar que los estudiantes en España tienen menor probabilidad de tener bajo rendimiento cuando asisten a colegios concertados y socioeconómicamente favorecidos. Es decir, los estudiantes de colegios situados en zonas más pobres tienen una probabilidad 2,6 veces mayor de tener un rendimiento bajo respecto a los estudiantes de colegios favorecidos (como son los concertados o los privados). En concreto, el 29% de los estudiantes de colegios públicos tuvieron un rendimiento bajo en matemáticas, por solo el 15% de estudiantes de colegios concertados y el 10% de alumnos de instituciones privadas.

Cómo enfrentarse al bajo rendimiento

  • Desmantelar las múltiples barreras de aprendizaje.
  • Crear un entorno de aprendizaje en las escuelas que sea exigente y ofrezca apoyo a los estudiantes.
  • Ofrecer refuerzo escolar tan pronto como sea posible
  • Animar a los padres y a las comunidades locales a involucrarse en la vida escolar.
  • Inspirar a los estudiantes para que saquen el mayor rendimiento posible a las oportunidades educativas.
  • Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil.
  • Ofrecer refuerzo individualizado a los colegios y a las familias desfavorecidas.
  • Ofrecer programas de refuerzo especiales para los estudiantes de origen inmigrante o que provengan de zonas rurales.
  • Atacar los estereotipos de género y dar apoyo a las familias monoparentales.
  • Reducir las desigualdades en el acceso a la educación preescolar y limitar la separación de los alumnos por nivel académico.
  • Políticos, profesores, padres y los propios estudiantes tienen un papel importante que jugar.