En noviembre del pasado año, Segundo Píriz, rector de la Universidad de Extremadura, se convirtió en presidente de Crue Universidades Española, principal interlocutor de las universidades con el gobierno central y organismo que desempeña un papel clave en todos los desarrollos normativos que afectan a la educación superior de nuestro país. Su nombramiento llega en un momento de inestabilidad política y con una ley educativa –la LOMCE- que se encuentra en el aire. Sin embargo, afronta el reto con responsabilidad y optimismo. Entre sus principales objetivos, insistir en la reducción de las tasas y el aumento del presupuesto en Educación e I+D+i, impulsar un más que necesario Pacto de Estado por la Educación y seguir apostando por la internacionalización de la Universidad española.
En primer lugar, enhorabuena por su nombramiento. Un nombramiento que ha llegado en una época convulsa dentro del sistema educativo con la implantación de la LOMCE. Con muchos detractores, pocos defensores, con huelgas incluidas. ¿Cómo se ha resuelto el primer año de implantación? ¿Qué aspectos positivos destacaría de esta nueva ley?
Muchos de los objetivos que persigue esta ley son compartidos por la mayoría de la comunidad universitaria, como son la disminución de la tasa de abandono, mejorar el rendimiento académico, aumentar la empleabilidad de los estudiantes universitarios y su espíritu emprendedor, o la potenciación de las TIC, entre otros. No obstante, también incluye algunos apartados que causaron especial inquietud entre las universidades, como el hecho de que se suprima la selectividad dejando que sean las propias universidades las que decidan si hacer su propia prueba de ingreso. En este sentido, Crue Universidades Españolas manifestó su interés por abordar estas cuestiones con mayor profundidad y prudencia, al considerar que ello podría tener consecuencias negativas sobre la igualdad de oportunidades de los estudiantes, la disparidad territorial, así como consecuencias económicas para las universidades. Aun así, más allá de lo que diga una Ley, lo que queremos poner de manifiesto en Crue Universidades Españolas es la necesidad de que exista un acuerdo amplio sobre la Educación y la Investigación en España que nos aporte la estabilidad que tanto necesitamos para el desarrollo económico y social de nuestro país.
Sin embargo, la LOMCE nació con fecha de caducidad, pues el resto de formaciones políticas aseguró que la eliminaría en cuanto llegaran al poder. ¿Por qué es tan difícil en este país alcanzar un pacto de Estado en Educación?
Es cierto que alcanzar un Pacto de Estado por la Educación se ha mostrado imposible en los últimos tiempos. Sin embargo, y tras las reuniones que hemos mantenido desde Crue Universidades Españolas con los representantes de cuatro de los principales partidos políticos: PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, nos consta que todos ellos declaran que quieren alcanzar un Pacto de Estado, no solo por la Educación, sino también por la Investigación. Por lo que tenemos la esperanza de que podamos asistir a un plazo de estabilidad en materia educativa en nuestro país.
Las tasas universitarias son de las más caras de Europa. Sin embargo, en los países nórdicos son gratuitas, en otros países como Argentina o en Chile desde hace una semana también. ¿Se podría llegar en nuestro país a ese supuesto? ¿Cree que al menos deberían abaratarse?
Efectivamente, España cuenta con tasas universitarias más elevadas que en otros países con los que nos gustaría compararnos y que, además, han ido en aumento en los últimos años, especialmente en algunas Comunidades Autónomas. El problema es que el crecimiento de estas tasas no ha ido acompañado en la misma medida de las becas y ayudas al estudio, cuando España, según la OCDE, está muy por debajo de la media en porcentaje del PIB destinado a este capítulo. Lo que perjudica a los estudiantes, en especial a aquellos con escasos recursos económicos, y además nos aleja del modelo mayoritario de financiación pública europeo, de precios bajos y un mayor gasto en becas y ayudas al estudio.
¿Qué relación existe actualmente entre la empresa y la universidad y cómo debería evolucionar? ¿Están las carreras de letras –Filosofía, Historia del Arte…- condenadas a desaparecer por su escasa productividad?
La relación entre la universidad y la empresa es positiva. Existen muchos acuerdos y convenios entre la comunidad académica y la empresarial que dan sus frutos, y tenemos que seguir profundizando en esta relación, consolidarla y mejorarla, para que las universidades seamos capaces de formar al mejor talento que necesitan las empresas, y éstas garanticen su desarrollo profesional. En cuanto a las carreras que plantea, creemos que sería un error establecer la oferta educativa exclusivamente por los indicadores de producción o empleo. La Universidad es portadora del saber y del conocimiento y este conocimiento ha de ser plural, como la sociedad en su conjunto. Debemos asegurar que todas las ramas de la ciencia y el conocimiento tengan su cabida en la formación universitaria.
Desde el Gobierno se ha intentado potenciar la Formación Profesional, pero los resultados no han sido tan optimistas como planteaban. ¿Cómo cree que debería enfocarse la FP? ¿Deberían existir más pasarelas desde y hacia la universidad?
Es cierto que debemos potenciar una Formación Profesional de calidad y atractiva, y que debemos elevar el número de estudiantes en la misma, evitando que muchos jóvenes lleguen al mercado laboral sin una formación adecuada, universitaria o profesional. Nuestro problema y hay que decirlo claro, no es que sobren universitarios, ya que estamos aun ligeramente por debajo en porcentaje de la media de la OCDE, lo que sí lo es, es que desgraciadamente un porcentaje muy elevado de nuestros jóvenes no se forma y concurre a un mercado laboral bien difícil y casi imposible para aquellas personas que cuentan con un bajo nivel de formación.
Otro de los grandes debates abiertos en los últimos años es el que asegura que en España sobran universidades, ¿está de acuerdo?
En España hay una universidad por cada 563.494 habitantes, ratio superior a países como EE.UU., Japón, Reino Unido, Finlandia, Suecia y Alemania. En otros casos, como en Francia, conviene recordar que algunos de nuestros estudios universitarios se cursan en las llamadas Grande École que están adscritas al Ministerio del ramo y no a Universidades, por lo que no podemos compartir en absoluto esa afirmación.
Aun así, ninguno de nuestros centros universitarios está entre los 100 mejores del mundo. ¿Qué le falta a la universidad española para dar ese más que necesario salto de calidad?
Es cierto que las universidades españolas no forman los primeros cien puestos de los principales rankings. No obstante, de las 20.000 universidades existentes en el mundo, según el ranking ARWU (el más consolidado y prestigioso) hay 41 universidades españolas entre las 1.000 primeras del mundo. De esas 41 universidades, 40 son universidades públicas presenciales y una es privada. Es decir, más del 80% de nuestras universidades públicas están incluidas en el 5% de las mejores del mundo, y debemos recordar que la mayoría de nuestras privadas apenas llevan dos décadas de actividad, además de señalar que muchas de ellas ya cuentan también con un buen nivel de desarrollo académico. Tenemos, además, siete universidades públicas españolas entre las 100 mejores del mundo de menos de 50 años y 25 universidades públicas españolas entre las 200 mejores del mundo en el análisis por diferentes campos científicos. Por lo tanto, podemos concluir que tenemos un sistema de Educación superior de una gran calidad en términos generales. Y todo, pese a las dificultades y los recortes en los recursos disponibles de las Universidades.
Por tanto, ¿cree que el presupuesto que se destina a la Educación debería aumentar?
Si atendemos a la experiencia de otros países con los que nos gusta compararnos, observamos que los elementos determinantes de este cambio en sus economías -que hoy constituyen una referencia y los sitúan entre los más competitivos, innovadores y con empleo de mayor calidad- han sido los que definen la base de una verdadera economía del conocimiento, una fuerte apuesta por la I+D+i y la educación superior, en especial la universitaria, donde se forman profesionales cualificados, genera y transfiere conocimiento. Ello se traduce, obviamente, en una mayor dotación presupuestaria y de gasto en las partidas correspondientes.
Nuestra revista es una herramienta de trabajo para muchos profesores, por eso nos gustaría preguntarle qué se plantea desde la CRUE para acabar con la precariedad actual del profesorado universitario
Desde luego, aproximarnos más a los sistemas académicos más exitosos, donde se cuenta con más recursos que hacen posible el desarrollo de mejores condiciones trabajo para el profesorado, y no nos referimos solo a las de carácter salarial y de estabilidad en el empleo, también de medios que les permitan un mayor desarrollo profesional y movilidad, y donde se reconozca todos sus desempeños, no solo la actividad docente que siendo la central del profesorado universitario debe ir acompañada indisociablemente de la actividad investigadora y cada vez más también de actividades de transferencia al tejido productivo y sociedad y eventualmente tareas de gestión.
¿Qué medidas más urgentes se plantea como presidente de la CRUE para 2016? Y, sobre todo, ante la incertidumbre política actual, ¿qué le pediría al nuevo año?
- Las universidades españolas defenderemos la necesidad de una mayor autonomía para nuestras instituciones que permita aplicar las políticas estatales y autonómicas con la flexibilidad suficiente para conseguir avanzar con mayor rapidez hacia la excelencia. Una autonomía que deber acompañada igualmente por una mejor financiación que alcance los niveles de los países europeos más avanzados y por asegurar unas plantillas de profesorado adecuadas.
- La igualdad de oportunidades en el acceso y la permanencia en la universidad de todos los ciudadanos que deseen cursar estudios superiores. Ello implica una mayor dotación en becas y ayudas al estudio para todos los estudiantes que lo precisen o merezcan, ayudas que en estos momentos son una tercera parte de la media de los países de la OCDE
- Una mayor apuesta por la investigación como motor de crecimiento económico y social. La investigación realizada por el sistema universitario español representa más del 60% de la producción científica de nuestro país, pese a los cada vez más escasos recursos que se destinan a este fin.
- Debemos seguir incrementando la internacionalización de nuestras universidades. Es necesario continuar la negociación con las Administraciones para simplificar los procesos que permitan venir a España a más universitarios de todo el mundo. En este sentido, debemos promover, entre otras acciones, más alianzas estratégicas con otros sistemas universitarios, diseñar más másteres, doctorados y programas internacionales y establecer una estrategia con las embajadas españolas.
- Hasta ahora, en España no ha habido una política de Estado consensuada para apostar por un sistema educativo universitario y por una investigación que fuera referencia internacional. Es necesario concienciar a la sociedad y a las fuerzas políticas de la importancia de aumentar la calidad de nuestras universidades y de la trascendencia que este hecho tiene para el progreso de nuestro país. Por todo lo anterior, necesitamos que la Universidad se vea por parte de los Gobiernos como una inversión imprescindible y no como un gasto.
Entrevista a Segundo Píriz publicada en el Anuario de Entre Estudiantes