Medidas propuestas por el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional
Consideraciones para los responsables políticos
La retención de los estudiantes en la educación (formación profesional) no es un problema solo para la propia FP; sino que depende también del mercado laboral y de cuestiones de bienestar social más amplias: la política de salario inicial, la participación de los empleadores, el acceso a las profesiones, el valor percibido de las cualificaciones y la gama de servicios de orientación disponibles para los estudiantes.
Participación activa de las empresas
Una forma de conseguir que la FP sea atractiva para los jóvenes es asegurar que los estudiantes tengan una perspectiva de trabajo. Por esta razón, muchos países ofrecen a los empleadores incentivos financieros, para que ofrezcan plazas de formación.
Estos incentivos pueden incluir subvenciones para cubrir los salarios de los aprendices, parte de sus cuotas a la seguridad social e incentivos fiscales, o una combinación de estas medidas.
Los responsables políticos también pueden fomentar las asociaciones entre las escuelas de formación profesional y las empresas. Las autoridades locales y regionales deberían seguir de cerca tanto las medidas financieras como las asociaciones para garantizar su eficacia. Todas esas medidas deben ser fáciles de aplicar, ya que los empleadores indican que la burocracia es un desincentivo mayor que el factor económico a la hora de impartir la formación.
Los profesores de formación profesional y los formadores de aprendizaje también necesitan estructuras de apoyo que les permitan trabajar eficazmente con los jóvenes que requieren asistencia individual.
Valor de las cualificaciones
Para que sean valiosas para los alumnos, las cualificaciones adquiridas con medidas alternativas o a través de los sistemas de garantía de la juventud deben tener valor para los empleadores y (otras) instituciones de educación y de formación. Los aprendizajes y otros esquemas de formación basados en el trabajo deben estar encaminados a la obtención de cualificaciones incluidas en el marco nacional de cualificaciones, tanto si son parte de las medidas activas del mercado laboral o de la formación profesional.
Garantía de calidad
A pesar de que el sistema de FP no puede garantizar un puesto de trabajo, debe al menos garantizar que las cualificaciones emitidas sean de confianza para el mercado de trabajo. En gran parte esto depende de si un título se considera como garantía de la calidad de los resultados del aprendizaje. Por lo tanto, los planes de FP y de aprendizaje basados en la escuela deberían adoptar un enfoque de calidad integral e incluir indicadores de rendimiento claros, con la cooperación de los interlocutores sociales. En Finlandia, por ejemplo, una cierta parte del apoyo financiero a las escuelas depende de la tasa de finalización con éxito de los programas. Algunos países también bonifican a las empresas que realizan una formación exitosa.
Convalidación
La convalidación del aprendizaje formal e informal puede ayudar a las personas a obtener cualificaciones de FP, lo que no solo les ayudará a encontrar trabajo, sino que también les reportará nuevas perspectivas educativas. Portugal ha tenido un gran éxito en la reducción de su tasa de abandono temprano principalmente gracias a la convalidación.
Las pruebas demuestran que la FP, el empleo y las políticas sociales deben complementarse. Las políticas nacionales conforman el marco, pero es en los niveles regionales y locales donde se forjan las sólidas alianzas entre la educación y el sector formativo, los interlocutores sociales, los servicios de empleo, los jóvenes y los trabajadores sociales que pueden apoyar a los estudiantes, a las escuelas profesionales y a las empresas ayudando así a que más jóvenes puedan obtener las cualificaciones adecuadas.