El descubrimiento ha sido publicado en el número 2.239 de la revista Zootaxa, una de las publicaciones internacionales con gran impacto en el ámbito de la investigación en zoología.
Vicente Ortuño adquirió el ámbar por casualidad, en una feria mineralógica de Madrid hace tres años, después de que le llamara la atención la perfección con la que el escarabajo estaba conservado.
Las investigaciones comenzaron hace algunos meses y concluyen que el escarabajo pertenece a la familia de los Carabidae. Se trataría, además, de una nueva especie nunca antes conocida en el ámbito de la investigación paleontológica, a la que el profesor Ortuño ha bautizado como Calathus elpis.
Este descubrimiento servirá para definir el ecosistema en el que vivía el Calathus elpis hace 40 millones de años. Entonces, los bosques del Báltico eran densos y umbríos. Sin embargo, este escarabajo debía vivir en un claro, porque presenta ojos muy desarrollados y capacidad de vuelo, lo que significaría que podría cazar a la vista.
Finalizadas las investigaciones, el escarabajo será depositado en el Museo de Ciencias Naturales de Álava.
Foto: UAH